ARAGONESES SOLIDARIOS
Antonio María Gracia Velilla es un médico, cirujano pediatra, aragonés, ya jubilado pero cuya vida profesional se ha desarrollado casi íntegramente en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Un hombre simpático, agradable en el trato y muy humano que un día decidió dedicar parte de su tiempo a los niños más desfavorecidos y dirigió sus pasos hacía África. En un principio en Zaire, tres meses. Pero esa experiencia le llenó tanto que ha repetido en muchas ocasiones en 4 diferentes lugares de África: Zaire, Angola, Madagascar y Lamú (Kenia)
Pero empecemos por situar esos países en África
Zaire (cambió su nombre por República Democrática del Congo) queda en el centro-sur, cerca de la zona de los grandes lagos. Angola (oeste, bañada por el Océano Atlántico. Madagascar (isla situada en el océano Indico, este de África) Y Lamu (isla que pertenece a Kenia)
Aldeas cuya forma de vida nos recuerda a la España de los años 50 del otro siglo. en este caso campos de arroz.
Los ríos, base de su sustento, así como la ganadería.
En Lamu (Kenia) el único modo de transporte, en coche futurista. Jaja
El burro, necesario, tiene preferencia al pasar por esas estrechas calles.
Los
médicos que a pesar de ser voluntarios operan en las mejores condiciones posibles.
Gran parte del esfuerzo de estos médicos se dedica a enseñar a los nativos. Dice Antonio que en la capital hay buenos y afamados médicos pero la carrera no la hicieron para ir a esos pequeños lugares. Hay, en estos países, mucha diferencia económica entre unas personas y otras. Unos muy ricos que pueden pagar buena sanidad y otros viviendo en lugares lejanos donde no llega sino a través de voluntarios de todo el mundo.
Los niños, que a él le atrapan el corazón aunque estén enfermos. Esos ojos se te clavan en el alma. Los niños africanos son muy alegres. Él dice que los niños lo rodean, lo abrazan a poca atención que les ofrezcas.
Tiendas de campaña habilitadas como hospital. Nos contó que al anochecer, por seguridad, el personal extranjero tenía que irse a recoger fuera de estas tiendas. Por la mañana , al volver, lo primero que miraban era si permanecían vivos los niños que dejaron "malitos". ¡Pena!
También le asombraba como, los hermanos mayores, como en la foto, se quedaban al cuidado de los pequeños mientras éstos permanecían en el hospital. ¡Qué diferencia con nuestros acomodados niños!
Cuando Antonio vuelve a Sevilla se encuentra con un problema: Los niños saharahuis que vienen a pasar los veranos a España con familias solidarias vienen con algunos problemas de salud. Se les revisa pero se les coloca en lista de espera con lo que vuelven al Sahara sin haber sido tratatos pues no les llegó su turno. Cuando los llaman ya están en su país. Él piensa: "hay que hacer algo" Y se le ocurre la idea de abrir quirófanos los domingos. Tras pedir permiso, en verano, 15 profesionales se brindan y se abren dos quirófanos. Esos niños, por fin, volverán a su país sanos.
Cuando obtiene nuevo destino en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, vuelve a encontrarse con el mismo problema. Niños con mala salud que vuelven a su país igual que llegaron.
Propone, humildemente, que se haga lo que se hizo en Sevilla y ¿Alguién puede dudar de la solidaridad de los aragoneses? Pues igual que en Sevilla.
Pero ¿Cómo se financia esto? Pues con la solidaridad de particulares. Él colaboró con Médicos Mundi pero sobre todo con una organización (ONG) llamada ANIDAN que actúa en Lamu (isla de Kenia)
Amigo lector de este blog: Te animo a visitar la página de ANIDAN
correo electrónico: anidan@anidan.org
tfno fijo: 34913000790
tfno móvil: 34687777400
Se admiten donativos, apadrinamientos con nombres y fotos de apadrinados, socios, ayuda de todo tipo. Tienen un orfanato con más de 100 niños que algunos consiguen estudiar y regresan a Lamu para ser enfermeros etc. Adosado hay un dispensario que atiende a miles de personas. ¡A QUE MOLA QUE HAYA ARAGONESES SOLIDARIOS!
Y la charla-conferencia terminó cuando nuestro presidente le regaló el cachirulo con el anagrama "Casa de Aragon en Sevilla" para que allá donde le lleve el destino, recuerde siempre cuales son sus raíces.
¡¡¡¡ÁNIMO ANTONIO, SIGUE DISFRUTANDO DE TU PROFESIÓN!!!!
Interesante y muy estremecedora la labor que hacen estas personas.
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