Y llegamos una soleada tarde de Marzo a Calella, ciudad mediterránea todavía perteneciente a la provincia de Barcelona.
El color del mediterráneo siempre me parece más azul que el del Atlántico de Cádiz pero el hecho de no haber mareas fuertes como en el Atlántico lo siento como si estuviera muerto. Además hay un escalón entre la arena y el mar que hace como si la arena estuviera en alto. Deben de ser apreciaciones mías. Era el mar de mi infancia y el olor a salitre me trae recuerdos de mi niñez. Recordaba a Serrat, cantando al Mediterráneo, cuando yo tomaba un café en esa estupenda terraza.
Históricamente estas localidades tienen poco que recordar pues han crecido a expensas del turismo de masas de los años 60 y 70. No obstante visitamos los cascos antiguos que también tienen su historia.
Iglesia parroquial de Santa María i Sant Nicolau
Ayuntamiento por delante y un palacio al lado
vista del Mediterráneo
Interior de la iglesia
Una calle peatonal llena de tiendas y que enlaza la Iglesia parroquial y el ayuntamiento con la estación de Renfe recogen los paseos de foráneos y turistas. Mucho ambiente festivo.
BLANES
Llegas a esta estupenda ciudad turística y te encuentras esta magnífica playa
Iglesia de Santa María
Esta majestuosa iglesia gótica fue construída por los vizcondes de Cabrera entre 1350 y 1410 y tenían el privilegio de ser enterrados en ella. Los hijos Jaime y Tomás allí fueron enterrados. Pero el 22 de julio de 1936 fue totalmente quemada y destruído su retablo gótico, el mejor conservado de la comarca, así como los púlpitos obra de Antonio Gaudí. La estructura se derrumbó pero la actuación de los vecinos y su entusiasmo hicieron que se volviera a reconstruir cuyas obras terminaron en 1944
Homenaje a la sardana.
Nos hizo buen tiempo, templado y soleado a pesar de ser Marzo.
Buen trato en el hotel y estupenda y abundante comida.
¡ Visita Cataluña, no te defraudará!
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